Puntales
Por Agustín Vargas
De vuelta al pasado
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Plan México, modelo setentero
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Sustitución de importaciones, la base
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Mayor intervención del Estado
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Las amenazas de Trump
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SAT regularización fiscal
Desde la década de los años 40’s hasta la segunda mitad de los 70’s, el
desarrollo económico de México estuvo basado
en una fuerte intervención del Estado para
promover el crecimiento y desarrollo de la
industrialización a través de la sustitución
de importaciones.
Este
régimen político se enfocó en el suministro
de niveles moderados de protección efectiva
para manufacturar con una limitada, aunque
una adecuada y creciente, dispersión de
tasas de impuestos a través de las
industrias.
Las
medidas de protección comercial incluían la
solicitud de permisos previos a la
importación, estableciendo precios oficiales
en ciertos bienes importados, e
indiscutibles prohibiciones a la importación
de un número de productos comprados en el
extranjero. La inversión extranjera directa
estaba muy regulada, era aceptada como una
parte minoritaria en áreas no estratégicas
de la manufactura, y excluida del resto.
La
política industrial operaba a través de
programas de sector específicos, con el
propósito de construir un sector
manufacturero capaz de producir bienes de
capital e inversiones intermedias algo
complejas.
Para
alcanzar esta meta, el corte de los
impuestos y las restricciones al comercio
fueron implementados, con requisitos
estrictos respecto a, por ejemplo, el grado
de contenido local y el desempeño de la red
de exportaciones. Los programas sectoriales
más exitosos incluían los de la industria
automotriz, computacional y farmacéutica.
Estas políticas fueron complementadas por la
intervención de compañías estatales para
llevar a cabo proyectos de inversión que el
sector privado no podría o no emprendería,
tales como el suministro de inversiones
intermedias estratégicas o básicas. Además,
un número de empresas públicas fueron
creadas a través de la compra o expropiación
de empresas privadas ya sea por razones de
seguridad o para evitar quiebras y mantener
el empleo.
Para
1982, las 1,155 compañías estatales (sin
contar los bancos comerciales que luego
fueron nacionalizados) habían intervenido en
cuarenta y uno de las cuarenta y nueve ramas
de la actividad industrial. En algunas de
esas, ejercieron un poder comercial
importante.
Nos
parece pertinente hacer esta brevísima
reseña de lo que fue la política de
sustitución de importaciones que se
aplicó durante casi cuarenta años en nuestro
país, porque justo es el modelo económico
que la Presidenta Claudia Sheinbaum ya
adoptó para tratar de potenciar a México
como una de las principales economías del
mundo.
El
Plan México, bautizado así por la mandataria
y que fue presentado el pasado lunes 13 de
enero, busca sustituir las importaciones
provenientes de diversos países,
principalmente de China, para beneficiar la
manufactura local, elevar las inversiones
nacionales y hacer frente al regreso de
Donald Trump a la Casa Blanca.
El
'Plan México',
es la
hoja de ruta económica que seguirá el
Gobierno mexicano durante el
sexenio de la doctora Sheinbabum.
“Nuestro objetivo es disminuir la pobreza,
pero que cada uno de los mexicanos y
mexicanas sepa que hay un plan, hay
desarrollo, que frente a cualquier
incertidumbre que venga en el futuro
próximo, México tiene un plan y está unido
hacia adelante”, dijo la mandataria mexicana
en la capital del país, rodeada por los
integrantes de su gabinete y frente a un
grupo de la élite empresarial del país.
El plan establece 12 metas específicas entre las
que destacan incrementar la inversión; la
generación de 1.5 millones de empleos;
posicionar a México entre las 10 economías
más grandes del mundo. Además, Fortalecer la
producción nacional; producción nacional de
vacunas; ampliar el financiamiento de Pymes,
entre otras.
El modelo de sustitución de importaciones
aplicado en México, se agotó a mediados de
la década de los años setenta, con
resultados que al paso del tiempo fueron
adversos para el bienestar de la población,
pues lidió con alta inflación y elevadas
tasas de interés y, por supuesto el
incremento incesante de la pobreza que aún
padecen millones de mexicano. Dicho modelo
económico dio paso al neoliberalismo, justo
el que dicen odiar los de la 4T y los que
construyen el supuesto segundo piso.
Amenazas de Trump
La economía mundial espera con temor la llegada
de los aranceles comerciales de Donald Trump,
que ha prometido aumentarlos para productos
provenientes de China, Europa, México y
Canadá. El daño que esto causará depende del
alcance y la magnitud de los aranceles.
Más allá de esto hay algo que realmente está
causando al gobierno de México una tremenda
preocupación: las deportaciones masivas.
Trump ha prometido deportar a los
inmigrantes no autorizados. Se calcula que
son unos 11 millones, y se habla de deportar
alrededor de 1 millón al año.
Aunque Trump promete iniciar desde el inicio de
su gobierno (20 de enero) un proceso de
deportaciones masivas, en la práctica eso es
difícil por la necesidad de tener el
personal que pueda identificarlos y
detenerlos para posteriormente deportarlos.
Además, en su primer mandato Trump no se
caracterizó por un mayor número de
deportaciones de mexicanos respecto a otras
administraciones públicas.
Sobre el particular, especialistas del grupo
financiero CIBanco sostienen que aunque la
deportación no sea rápida y masiva, el que
esta se empiece a dar podría generar dos
afectaciones directas para México.
La primera es una caída en las remesas que
reciben las familias mexicanas ya sea porque
el trabajador fue deportado o porque los que
aún no hayan sido deportados acepten un
menor salario o estén escondidos y sin
empleo. Segunda, la deportación aumentaría
la oferta total de trabajadores en México,
lo que repercutiría en menores salarios en
el mercado y/o mayor informalidad laboral.
El empleo total en Estados Unidos es de unos 160
millones de personas. Así que, si deportara
a 1 millón de inmigrantes al año,
disminuiría el empleo en 0.5% anual, con una
disminución total final del 5%. Las ofertas
de empleo aumentarían y seguirían siendo
elevadas, al igual que la proporción entre
vacantes y desempleados, lo que pudiera
provocar presiones inflacionarias.
Se piensa también, al igual que con los
aranceles, que este escenario no sucederá,
debido a la magnitud de las cifras. Habría
un intenso cabildeo por parte de los
empleadores descontentos, especialmente en
la agricultura, la construcción y los
restaurantes, para frenar el ritmo de las
deportaciones. La inflación, que también ha
demostrado ser políticamente costosa.
SAT, regularización fiscal
El Servicio de Administración Tributaria (SAT)
ofrece un estímulo para la regularización
fiscal de personas físicas y morales que
tuvieron ingresos hasta por 35 millones de
pesos, el cual aplica a contribuciones
propias, retenidas, trasladadas, de comercio
exterior y a las cuotas compensatorias de
los ejercicios fiscales 2023 o anteriores.
Esto siempre y cuando los contribuyentes no hayan
recibido alguna condonación en los programas
generalizados de 2000, 2007 y 2013, no
tengan sentencia condenatoria firme por
algún delito fiscal y no se encuentren
publicados en los listados definitivos
relativos a los artículos 69-B o 69-B Bis,
del Código Fiscal de la Federación (CFF).
Este incentivo previsto en la Ley de Ingresos de
la Federación 2025 equivale a la disminución
de 100% de multas, incluidas las multas con
agravantes, recargos y gastos de ejecución.
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