Prometeo
Por Mario Sandoval
SHCP 2025: Optimismo frente a una
realidad desafiante
El
presupuesto presentado por la
Secretaría de Hacienda y Crédito
Público (SHCP) para el 2025 plantea
un panorama complejo para la
economía mexicana. Entre
proyecciones desde mi punto de vista
un tanto optimistas y recortes
estratégicos, el presupuesto refleja
los retos que buscan equilibrar
crecimiento económico,
sostenibilidad fiscal y bienestar
social. Sin embargo, algunas cifras
generan dudas sobre la viabilidad de
las metas propuestas, especialmente
en un contexto de desaceleración
global y presiones internas.
Crecimiento económico o ¿Optimismo
exagerado?, no cabe duda que a los
economistas afines a la 4T
celebran todo tipo de idea o
decisión oficial, así que trataré
darle mi punto de análisis objetivo
crítico. La SHCP estima un
crecimiento económico de entre 2.0%
y 3.0% para 2025, una proyección
significativamente más alta que la
de organismos internacionales como
el FMI (1.3%), la OCDE (1.2%) y de
otras entidades privadas que no van
más allá del 1%. Este optimismo
gubernamental podría justificarse
por expectativas de mayor consumo
interno, muy dependiente
ahora de remesas o un posible
repunte en sectores clave como el
turismo y las exportaciones son
considerar el efecto Trump. La
divergencia con las estimaciones
externas sugiere que las autoridades
podrían estar subestimando riesgos
como la inflación persistente, tasas
de interés elevadas y una dilación
de la inversión por el tema judicial
en México.
La moderación en los indicadores de
inversión pública y privada podría
limitar el crecimiento potencial. Es
crucial que el gobierno evalúe
el contexto económico local y
global para evitar ajustes
abruptos que afecten la planeación
presupuestal y la confianza de los
inversionistas.
El gasto público proyectado para
2025 será de 9.30 billones de pesos,
una reducción real del 3.3% respecto
a 2024. Esta contracción afectará la
provisión de bienes y servicios
para la población. En un país
con altos niveles de desigualdad y
pobreza. Se argumenta en el
oficialismo la disminución de
pobreza extrema por los programas
sociales y el aumento a salarios
minimos, pero sus efectos son
transitorios con la inseguridad, la
informalidad y que si bien bajo la
pobreza extrema, el umbral de
pobreza laboral es del 40% en
México. Los recortes presupuestales
podrían agravar las brechas
sociales, especialmente si afectan
sectores como salud, educación y
seguridad.
La austeridad en el gasto público
puede interpretarse como un esfuerzo
por mantener la sostenibilidad
fiscal, pero es indispensable
garantizar que las áreas críticas no
sean desatendidas. La pregunta clave
es si la eficiencia en el uso de
recursos públicos compensará la
reducción en términos absolutos del
gasto.
Inversión en infraestructura: una
apuesta insuficiente, ya que se verá
reducida en 12.7%, pasando de 932.4
mil millones de pesos en 2024 a
848.7 mil millones en 2025. Este
recorte es de e considerar en un
momento en que México necesita
reforzar su competitividad y mejorar
su conectividad interna para atraer
más inversión extranjera. Se habla
de trenes y aún las obras
emblemáticas de la administración
anterior demandan subsidios y apoyos
durante todo este sexenio.
Los proyectos de infraestructura
suelen tener un impacto
multiplicador en la economía,
generando empleo y dinamizando
regiones. La disminución en este
rubro podría interpretarse como una
señal contradictoria frente a los
discursos gubernamentales que
promueven el desarrollo regional.
Será fundamental que los recursos
asignados se destinen a proyectos
con alto impacto social y económico.
Deuda pública: Una carga creciente,
el aumento en el pago de
intereses de la deuda pública, que
crecerá 8.5% para alcanzar 1.39
billones de pesos, representando el
14.9% del gasto total. Este
crecimiento refleja la creciente
carga que representa la deuda para
las finanzas públicas, especialmente
en un entorno de tasas de interés
altas. Si bien la SHCP proyecta una
reducción en los requerimientos
financieros del sector público del
5.9% del PIB en 2024 al 3.9% en
2025, el costo de la deuda sigue
siendo una limitante para destinar
recursos a áreas prioritarias.
Ingresos del sector público: La
dependencia de la recaudación, con
los ingresos estimados para 2025
ascienden a 9.30 billones de pesos,
una reducción real del 3.3% respecto
a 2024. Este descenso puede
atribuirse a la moderación en los
ingresos petroleros y una base
tributaria que, aunque ha mostrado
avances, sigue siendo insuficiente
para las necesidades del país.
La política fiscal del gobierno ha
enfatizado el combate a la evasión y
elusión fiscal, así como la
ampliación de la base de
contribuyentes. Sin embargo, es
necesario un debate más amplio sobre
una reforma fiscal que permita
incrementar los ingresos de manera
sostenible sin ahogar la actividad
económica. El tema es que no
hay un plan progresivo para
disminuir la informalidad y el
enfoque son las entidades
productivas privadas cautivas y los
asalariados. México prioriza desde
los 80s los ingresos recaudatorios
vía el consumo a través del IVA
principalmente y no a través del
ingreso vía el ISR, con una tasa de
informalidad cercana al 60% los
presupuestos son limitados y
fomentan la deuda pública. Los
países con economías sólidas y
crecientes se enfocan en la
recaudación del ingreso es decir el
ISR.
Balance presupuestario y primario:
Las señales de ajuste en el déficit
presupuestario se reducirá de 1.69
billones de pesos en 2024 a 1.17
billones en 2025, mientras que el
balance primario pasará de un
déficit de 465.1 mil millones de
pesos a un superávit de 217.8 mil
millones. Estas cifras sugieren un
esfuerzo significativo por parte del
gobierno para fortalecer las
finanzas públicas, pero el ajuste
dependerá de la capacidad de
contener el gasto y mejorar la
eficiencia recaudatoria. El logro de
un superávit primario es una señal
positiva, ya que implica que el
gobierno podrá cubrir sus gastos
operativos sin depender del
endeudamiento. Sin embargo, el
desafío será mantener este
equilibrio sin comprometer la
calidad de los servicios públicos ni
el crecimiento económico. El darle
apoyos económicos preponderantes a
Pemex y CFE, en especial al primero
por los recursos a cubrir de su
deuda en 2025 y sus malos resultados
en refinación. Se busca soberanía
energética pero con burócratas de
ideología y académicos en puestos
clave se observa complicado.
El presupuesto de la SHCP para 2025
refleja una apuesta por la
disciplina fiscal en un entorno
económico complicado. Sin embargo,
algunas decisiones, como los
recortes en gasto público e
inversión en infraestructura,
podrían tener efectos adversos si no
se manejan con cautela. Será
indispensable fortalecer la
transparencia y rendición de cuentas
para garantizar que los recursos
públicos se utilicen de manera
eficiente y eficaz. Pero con la
desaparición en esta semana de los
organismos autónomos y la creación
de la Secretaria anticorrupción. El
gobierno será juez y parte. Por lo
tanto tendrá efectos en el tratado
comercial y la inversión privada en
las nuevas asociaciones público
privadas, llamadas mixtas. Es decir
según el oficialismo, lo mismo pero
más barato y en donde siempre
tendrán el control de decisión. Eso
reduciría la participación privada
sin duda.
La perspectiva de SHCP es optimista
con relación al crecimiento
económico debe ir acompañada de
políticas que fomenten la inversión
privada, la innovación y la
inclusión social. Sólo así será
posible construir una economía más
resiliente y equitativa que responda
a las necesidades de la población en
el corto y largo plazo.
En mi opinión, el presupuesto para
2025 plantea encontrar el equilibrio
entre austeridad fiscal y desarrollo
económico. Si bien las metas
propuestas son ambiciosas, su éxito
dependerá de la capacidad del
gobierno para navegar con acierto en
un entorno incierto y garantizar que
las decisiones tomadas en esta
administración beneficien a la
mayoría de los mexicanos.
Twitter: @MarioSanFisan
Mario Sandoval
PROMETEO ( previsión/prospección) CEO FISAN SOFOM ENR
Banquero a nivel Directivo con más
de 30 años de experiencia de
negocios. |