Un Montón de Plata
Carlos Mota
El terremoto de Volkswagen
Este
es, por mucho, el año más complejo que ha
enfrentado el grupo Volkswagen. Ayer la
corporación alemana finalmente decidió
reemplazar al Director para América del
Grupo, el argentino Pablo Di Si, por Kjell Gruner, en uno de los
cambios más reveladores de la problemática
que enfrente la empresa en el mundo y con
premoniciones negativas en su mercado más
importante, Estados Unidos, por la próxima
llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. ¿Por
qué? Veamos.
El problema central es éste: es altamente
probable que Donald
Trump elimine los subsidios
fiscales de USD $7,500 para la adquisición
de vehículos eléctricos. Sin embargo, VW
apostó fuertemente por un vehículo eléctrico
para el mercado estadounidense: el ID.4, un
SUV altamente esperado. Para ello, la
empresa alemana transformó una planta en
Tennessee, la de Chattanooga, que desde hace
pocos meses (antes de la elección de Trump)
se concentró en ese vehículo.
Pero Trump ganó, y el ID.4 no ha terminado
de enamorar al público. Esta semana el Financial
Times publicó que esa
fábrica puede producir hasta 100 mil
unidades de este SUV; sin embargo, en lo que
va del año únicamente se han vendido 17 mil,
con analistas de mercado especializados
prediciendo que estas ventas no se
recuperarán. En adición, de los pocos que se
han vendido, miles han tenido que ser
llamados a revisión por un problema en una
puerta. Todo ello ha derivado en anuncios
recientes de la empresa para suspender
temporalmente la producción del vehículo
ahí.
La crisis de Volkswagen es profunda. Hace
tres semanas supimos de la intención de la
empresa por cerrar tres plantas en Alemania,
un movimiento históricamente sin precedentes
que podría alterar totalmente la vida de una
ciudad como Wolfsburg,
que depende 100 por ciento de esas fábricas.
Miles de empleos se perderán si esto ocurre.
Asimismo, hay decenas de análisis que
vinculan a esta crisis automotriz con la
propia crisis del Canciller Olaf Scholz,
quien tuvo que llamar a votaciones de moción
de confianza para enero próximo. Esto
reconfigurará integralmente al poder en ese
país. Volkwagen no va nada mal en México.
Aquí, donde la firma es presidida por Holger
Nestler, las ventas crecen 21 por ciento en
2024, mientras la producción y las
exportaciones crecen 13 por ciento.
Pero ni el mercado mexicano, ni la
producción y exportación desde aquí, son
suficientes para aliviar el dolor de la
segunda compañía automotriz más grande del
mundo. La crisis del gobierno alemán es la crisis de Volkswagen y
viceversa. Solo esperemos que esa
problemática nunca cobre facturas en México.
BANKAOOL
El banco que dirige Juan Antonio Pérez Simón
recibió una subida de calificación de parte
de Standard & Poor’s, debido a que su caja
mejoró sustancialmente en un año y tras
haber recibido un incremento de capital. |
(La columna Un Montón de Plata se publica de lunes a viernes en el periódico El Heraldo de México. Se reproduce con la autorización del autor). |